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Ranking global del dinero: la Argentina está entre los países que más usan el efectivo

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Ante un inesperado contrapunto entre el primer mandatario Javier Milei y el exviceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, vale señalar que en un listado de los países que más efectivo utilizan figura la economía argentina en el puesto 24° de 123 naciones.

Impuestos y dinero en efectivo fueron vocablos que se conjugaron para desatar la ira del presidente Javier Milei ante la propuesta que el economista Emmanuel Álvarez Agis habría deslizado durante una entrevista acerca de poner un tributo al retiro de dinero en efectivo en lugar del impuesto al cheque.

Ahora bien, amén de los pormenores y argumentos de la iniciativa y de las críticas oficiales, cabría preguntarse qué tan relevante sigue siendo el uso del dinero en efectivo en la economía argentina.

Al respecto, según un ranking elaborado por Pallavi Rao de Visual Capitalist en base a datos de Forex.se, entre las economías del mundo que siguen funcionando con elevados niveles de dinero en efectivo se encuentra la Argentina, que ocupa el puesto 24° entre 123 naciones.

El mapa global del efectivo

De acuerdo con el ranking, que clasifica según el porcentaje de transacciones diarias realizadas con billetes y monedas físicas, en la actualidad del avance tecnológico mundial todavía hay economías donde el efectivo sigue siendo el rey y en otras donde se está convirtiendo en una reliquia.

Según explica Rao, los países más pobres dependen más del efectivo, como es el caso de Myanmar (98%)Etiopía (95%) y Gambia (95%), que encabezan el ranking, lo que refleja una infraestructura bancaria limitada.

En el otro extremo, hay naciones ricas prácticamente sin efectivo como Suecia (14%)Noruega (10%) y Corea del Sur (10%), que muestran cómo la infraestructura de pagos digitales se correlaciona con el desarrollo económico.

Mientras tanto, en lo que Rao denomina la “trampa de los ingresos medios”, hay países como México (80%)India (70%) y Tailandia (65%), que demuestran que un desarrollo económico moderado no implica automáticamente la adopción digital. Argentina está dentro de este grupo al tener un porcentaje del 70%, según el ranking.

Argentina y la “trampa del efectivo”

Hay entonces economías donde la pobreza y las limitaciones bancarias alimentan la dependencia del efectivo, siendo Myanmar el caso emblemático con un 98% de uso de efectivo, seguido de cerca por Etiopía y Gambia (95%).

En este grupo se ubican también Albania, Camboya, Laos, Líbano, Nepal y Pakistán (90%). Le siguen Irak, Irán, Cuba y Mongolia (85%), y luego Egipto, Fiji, Gabón, Jamaica, Jordania, México (el país de América con el mayor porcentaje), Moldavia y Sri Lanka (80%).

Detrás, con niveles de 60 a 75%, se encuentran Tanzania y Trinidad y Tobago (75%)Argentina, Colombia, Haití, India, Indonesia, Madagascar, Maldivas, Ucrania y Vietnam (70%).

Después, Nicaragua (69%)Malta (67%)Malí, Marruecos, Serbia y Tailandia (65%), seguidas de Italia y Sudáfrica (62%)Austria (61%), y con el 60% Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Chile, República Dominicana, Japón, Cabo Verde, Kosovo, Perú y Venezuela.

Muy cerca se posicionan con el 57% Eslovaquia, Eslovenia y España, mientras que Belice, Grecia, Namibia, Macedonia del Norte, San Marino, Túnez y Hungría tienen un 55%.

En estos países, una gran parte de la población sigue sin acceso a servicios bancarios, la penetración de internet es baja y los comerciantes no pueden permitirse el lujo de instalar terminales de pago con tarjeta”, señala el informe.

En consecuencia, la moneda física proporciona el medio de intercambio más sencillo, económico y fiable, aunque limite la capacidad de los consumidores para ahorrar de forma segura o acceder al crédito.

El efectivo en países desarrollados

En términos generales, el efectivo sigue siendo prácticamente omnipresente en los países de bajos ingresos, y su uso comienza a disminuir a medida que se desarrolla la economía.

Incluso en países de ingresos medios se observa un alto uso de efectivo: Camboya, Laos y Nepal (90%), mientras que India logra reducirlo al 70% gracias a su Interfaz Unificada de Pagos (UPI) respaldada por el gobierno.

A mitad de la tabla mundial aparece Alemania (51%), seguida de Bahamas, Barbados, Bermuda, Botswana, Bulgaria, Islas Caimán, Chipre, Croacia, Lituania, Mauricio, Montenegro, Omán, Portugal y Seychelles (50%).

Cerca están Bélgica (47%)Irlanda y Polonia (45%)Filipinas (44%)Costa Rica, Ecuador, Francia, Kenia, Letonia y Turquía (40%).

Con niveles de 30% a 20%, figuran Malasia (32%)Estonia, Georgia, Kuwait, Luxemburgo, Panamá, Arabia Saudita, Suiza, Taiwán, República Checa y Uruguay (30%)Finlandia (27%)Qatar (25%)Brasil (22%), y con el 20% Andorra, Bahréin, Brunéi, Emiratos Árabes Unidos, Hong Kong, Mónaco, Países Bajos, Rumania y Singapur.

En el pelotón de los que menos efectivo utilizan figuran EE.UU. (16%)Israel, Canadá y Nueva Zelanda (15%), luego Suecia (14%)Dinamarca, Inglaterra y Escocia (12%), y con los menores niveles Australia, Islandia, China, Noruega y Corea del Sur (10%).

Tecnología, cultura y desconfianza

Según explica Rao, el Índice de Efectivo de Divisas (FOREX Cash Index) recopila datos de Statista, Numbeo y otros informes globales, además de publicaciones anuales de bancos centrales.

El índice responde al interrogante de los turistas sobre dónde se necesita más efectivo al viajar. En el extremo opuesto, las economías avanzadas con ecosistemas fintech maduros están eliminando rápidamente los billetes y las monedas.

La banda ancha universal, la alta penetración de los teléfonos inteligentes y los sólidos marcos de protección al consumidor brindan a los compradores la confianza necesaria para digitalizar completamente sus compras”, detalla el informe.

Mientras tanto, los comerciantes se benefician de una liquidación más rápida y menores riesgos de seguridad.

Hay países que se desvían del patrón general, como Japón (60%), que muestra un uso alto para una nación tan avanzada, debido al fuerte empleo de efectivo en zonas rurales.

Del mismo modo, Alemania (51%) es una anomalía entre las naciones europeas ricas, algo que “puede deberse más a razones de privacidad y desconfianza en las grandes instituciones bancarias”.

Por otro lado, China, de ingresos medios-altos, registra apenas un 10%, reflejando su rápido avance hacia los pagos móviles (Alipay/WeChat Pay), que incluso omitieron la infraestructura tradicional de tarjetas.


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