Internacionales
Argentina y EE.UU. planean una nueva estrategia para liberar a Nahuel Gallo, el gendarme detenido en Venezuela
Buscarán aumentar la presión junto a Italia, Israel y Bélgica. Las medidas de Defensa que presionan a Nicolás Maduro.
Nahuel Gallo sigue detenido en una cárcel de Venezuela sin comunicación con su familia, sin abogado oficial ni tampoco sin información sobre su estado de salud y paradero. Está, tal como denuncia su familia y el gobierno argentino, en condición de secuestrado. Hace más de ocho meses que está bajo esta situación.
Desde su detención el 8 de diciembre del año pasado cuando ingresaba a Venezuela por la frontera terrestre con Colombia a través del puente internacional Francisco de Paula Santander, la administración de Javier Milei ha desplegado distintas estrategias políticas y diplomáticas para lograr su liberación. Ninguna tuvo éxito.
La esperanza principal de la Argentina hoy en día es Donald Trump. Desde que llegó a la Casa Blanca, el presidente norteamericano fue logrando la liberación de todos los presos políticos que tenía el régimen de Nicolás Maduro. Lo hizo con negociaciones directas –como hizo su enviado especial Richard Grenell- o a través de la deportación de migrantes venezolanos que habían sido enviados a El Salvador.
A través de canales oficiales la Argentina está en constante diálogo y cooperación con las contrapartes norteamericanas. Este seguimiento lo hace, principalmente, la ministra Patricia Bullrich, de cuya cartera depende la Gendarmería nacional. Según se pudo saber, activos estadounidenses en territorio venezolano colaboraron para la salida del país de María Gómez, la pareja de Gallo.
Estados Unidos también participó directamente en la evacuación de los cinco asesores de María Corina Machado que se encontraban asilados en la residencia oficial de la Argentina en Caracas. A fin de cuentas, el gobierno de Trump se involucró directamente en movimientos que se vinculaban con intereses de la Argentina.
Es así que ahora se está trabajando en una nueva estrategia coordinada entre Washington y Buenos Aires, pero que también involucra a Italia, Israel y Bélgica, los otros países que también cuentan con nacionales detenidos en las cárceles venezolanos, de los cuales algunos de ellos están bajo situaciones similares a las del gendarme argentino. Estados Unidos tiene a un residente detenido, no un ciudadano.
Lo que se buscará de ahora en adelante es ejercer presión para, de forma mancomunada, lograr la liberación en conjunto de estas personas. Esta presión seguirá siendo política y discursiva, pero se le sumará la de seguridad.
No por nada Estados Unidos aceleró en las últimas semanas la consolidación de su nueva narrativa de señalar a Nicolás Maduro como el líder del Cartel de los Soles, una organización considerada por la Casa Blanca como narcoterrorista.
En lo que va del año Washington agregó al Tren de Aragua y al Cartel de los Soles en el listado de grupos terroristas, llevó de 25 millones de dólares a 50 millones la recompensa para quien aporte información sobre Maduro, habilitó al Pentágono para que las fuerzas armadas intervengan en territorio extranjero contra los grupos narcocriminales, y desplegó más de 4000 marines y 3 buques de guerra en el Mar Caribe.
Con la decisión del Departamento de Estado de aumentar la recompensa por Maduro semanas atrás, se reportaron liberaciones en las cárceles venezolanas donde estaban alojados algunos presos políticos, como el Centro Penitenciario de Aragua en Tocorón.
Ahora, con las nuevas medidas, los mencionados países apuntarán a unificar la presión para lograr la liberación de sus nacionales, entre los que se encuentra el gendarme argentino Nahuel Gallo. En distintos diálogos la familia exige justicia y pide tener información certera sobre él.